Por Lisselotte Morillo Eichner. 

¿Quién hubiera pensado que este verano, con el número de casos de COVID-19 en aumento y nuevas rondas de restricciones y cierres, daría como resultado uno de los mercados de vivienda más competitivos que podamos recordar? Sin embargo, los precios de las viviendas han alcanzado niveles récord ya que los compradores están luchando en todo el país (Estados Unidos) por una selección limitada de viviendas a precios razonables.

En julio, el precio medio de la vivienda se disparó un 8,5% comparado año tras año, para alcanzar un nuevo máximo histórico de $349,000, a nivel nacional, según los datos más recientes de las páginas Web de Real Estate. Y esos precios altos alucinantes, que se disparan en medio de una recesión con el peor nivel de desempleo, desde la Gran Depresión y una economía que experimenta una contracción histórica, son el resultado directo de la pandemia.

Los compradores pagaron un promedio de $27,000 más por una casa en el mes de julio que el año pasado porque la oferta de propiedades disponibles para la venta se desplomó al mismo tiempo que la demanda de las mismas se había disparado. Esto sucedió a pesar de que la economía se contrajo un 9,5% en el segundo trimestre del año con respecto al anterior, como informó el jueves el Departamento de Comercio de EE.UU. El producto interno bruto, también conocido como el PIB, el valor de los bienes y servicios producidos, experimentó la mayor caída que se haya registrado en más de 70 años.

Cuando la Pandemia incentivó que la economía en Estados Unidos se desacelerara, la mayoría de los dueños de casas y compradores de vivienda esperaban una caída de los precios, ya que esto fue lo que pasó en la última recesión de 2008, sin embargo eso no es lo que ha sucedido en el mercado actual, si bien ya el inventario de casas disponible para la ventas, estaba en niveles bajos antes de la Pandemia, esta solo contribuyó a empeorar esta situación. Esta postura coincide con muchos economistas que han expresado su opinión en las páginas de Real Estate.

El inventario total de casas en el mercado es aproximadamente un tercio menos, casi 440,000 propiedades menos que lo que existía el verano pasado. En algunas partes del país, la construcción de nuevas viviendas se retrasó o se detuvo en la primavera, al comienzo de la pandemia. Mientras tanto, muchos vendedores nerviosos por contraer COVID-19 de las personas que visitan sus hogares pospusieron los planes para poner sus casas a la venta o las sacaron del mercado. Muchos de esos listados todavía están por publicarse. 

Esta escasez de viviendas intensificada colisionó con muchos compradores que esperaban pasar la cuarentena en residencias más grandes y aprovechar las tasas de interés hipotecarias más bajas de la historia.

Los compradores que se quedaron rezagados por el virus en la primavera ahora están compitiendo con aquellos que habían planeado comprar en el verano. Y a su vez están compitiendo con aquellos que no tenían planes de mudarse hasta que las órdenes de quedarse en casa crearon un deseo de pies cuadrados adicionales y un gran patio trasero para salir del encierro. Como lo he comentado en Posts anteriores, las necesidades de los nuevos compradores han cambiado y el pasar más tiempo en casa ha creado nuevas prioridades en las familias. 

Las tasas hipotecarias récord han intensificado la situación ya que la propiedad de vivienda ahora es más accesible para los compradores. En el post de las tasas hipotecarias pueden ver que Según Freddie Mac, cayeron por debajo del 3% por primera vez en la semana que terminó el 16 de julio, 2020. Desde entonces han aumentado hasta el 3,01% en la semana que finaliza el 23 de julio. Esas bajas tasas pueden reducir en gran medida los pagos mensuales de la hipoteca.

Estas tasas reducidas son consecuencia de las acciones del Gobierno Federal y la respuesta de los inversores a la turbulenta economía. Aun cuando las tasas de interés están favorecedoras muchos propietarios creen que no es un buen momento para vender. Esto ha llevado a un retorno a las guerras de ofertas sobre el precio de venta, lo que está ayudando a aumentar los precios de las viviendas. Y no parece que vayan a bajar pronto.

¿Dónde están subiendo más los precios de las viviendas y dónde están bajando?

Algunos mercados inmobiliarios del Noreste que fueron devastados en la primavera por la pandemia se han recuperado poco a poco al igual que otros en los que el número de casos positivos ha disminuido. Pero los precios también han subido en las ciudades de California y el medio Oeste, donde los residentes están actualmente infectados en tasas más altas.

De las 50 áreas metropolitanas más grandes, los precios anuales aumentaron más en Pittsburgh. Los precios medios en Steel City y sus alrededores fueron un 25% más altos en julio que en el año anterior, alcanzando una mediana de $249,950.

Las áreas que incluyen pueblos más pequeños, ciudades y suburbios, fuera de las ciudades densamente pobladas donde los compradores pueden obtener más metros cuadrados y espacio al aire libre por su dinero, teniendo más facilidad para mantener la distancia social, se han vuelto más populares a medida que la pandemia se ha prolongado.

“El comportamiento del mercado inmobiliario de EE.UU. Refleja los estragos que ha causado la pandemia y tal y como lo hemos expresado en otros artículos estaremos siguiendo de cerca las noticias y eventos más relevantes del mercado de vivienda que pueda impactar en las transacciones actuales o futuras.  

Los precios de las viviendas en Miami, cayeron un 1,5% en comparación con el año pasado y en Orlando bajaron un 0,9%. Los precios promedio de las viviendas fueron de $403,826 en Miami y $320,050 en Orlando. Estas ciudades de Florida han sido duramente afectadas por el Coronavirus, lo que puede explicar los descensos.

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Y quedate al pendiente de mas Post y noticias que estaremos publicando proximamente.